


















Una escapada poco habitual a Barcelona (y alrededores), con la excusa perfecta: ver el show de stand up de mi comediante favorito, Carlos Ballarta. Una buena oportunidad también para fotografiar la ciudad. Llevé, como siempre, mi fiel Sony A7IV y una Canon P analógica que compré a un hombre japonés, aunque acabé vendiéndola en España. Siempre reniego de las grandes urbes, pero cada vez que las visito disfruto muchísimo del caos y la energía que solo una ciudad así puede tener.